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Apnea del Sueño, ¿Qué es?, Síntomas y Tratamientos

Conoce qué es la Apnea del Sueño, el Trastorno que te Impide Descansar

En esta entrada abordamos las principales causas de la Apnea del Sueño, ¿Qué es? Síntomas y Tratamientos de uno de los trastornos del sueño más comunes.

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¿Qué es la Apnea del Sueño?

La Apnea del Sueño es uno de los trastornos del sueño más comunes y más graves.  La palabra “Apnea” viene del griego y significa “sin aliento”.  Pues básicamente, cuando nos referimos a este trastorno, hacemos referencia a las pausas en la respiración que se dan durante el sueño.  Estas pausas suelen ser de al menos 10 segundos y se repiten aproximadamente entre 5 y 30 veces en una hora durante toda la noche.

Esto, además de obstaculizar el sueño profundo y reparador, puede desencadenar otros problemas de salud. Por ejemplo: riesgos de ataque cardiaco, accidente cerebrovascular, arritmia cardíaca, fatiga extrema durante el día, presión arterial alta, diabetes tipo 2 y síndrome metabólico. Y, no olvidemos, que la respiración es una función vital de nuestro cuerpo, aun cuando nos encontramos durmiendo.

Por lo tanto, si esta se paraliza repetidas veces durante la noche, órganos tan importantes como el corazón, riñones, cerebro, pulmones, dejan de recibir oxígeno, dejando que el dióxido de carbono se acumule en el cuerpo.

Cuando una persona padece de Apnea del Sueño, quiere decir que presenta un bloqueo u obstrucción en sus vías respiratorias superiores. Esto se produce porque los músculos de la lengua, el paladar blando y partes de la garganta se relajan demasiado durante el sueño.  Entonces se genera un bloqueo de la entrada y expulsión del aire.

Síntomas de la Apnea del Sueño

Cuando una persona sufre este trastorno, una de las principales características que presenta es un fuerte ronquido. Además, este sonido va acompañado de resoplos o jadeos. Al despertar, la persona puede experimentar boca seca, dolor de cabeza, insomnio o sensación de sueño excesiva (hipersomnia). Así como irritabilidad o dificultad para concentrarse.

Las personas que sobrellevan la Apnea del Sueño, pueden experimentar diversos tipos de este trastorno, aunque las consecuencias son las mismas para cada caso. Lo cierto, es que las causas son muy diferentes entre sí, de ahí que, a veces, se requiera un tratamiento diferenciado.

Tipos de Apnea del Sueño

Los principales tipos de Apnea del Sueño son: Apnea Obstructiva del Sueño, Apnea Central del Sueño y Síndrome de Apnea del Sueño Compleja. Veamos a continuación cómo se manifiestan y cuáles son las causas en cada caso.

Apnea Obstructiva del Sueño (AOS)

Es la forma más común de apnea, ocurre cuando los músculos de la garganta se relajan y obstruyen el paso del aire. Los músculos involucrados sostienen el paladar blando, la úvula, amígdalas, paredes laterales de la garganta y lengua. De este modo, cuando la musculatura circundante se relaja tanto, las vías aéreas se estrechan y cierran, impidiendo que el aire circule de forma correcta.  Sin embargo, cuando el cerebro detecta que esto está sucediendo, lanza señales a los músculos y te despierta brevemente para restablecer el proceso respiratorio adecuadamente.

Apnea Central del Sueño (ACS)

Es un tipo menos frecuente y se caracteriza porque el mismo cerebro deja de enviar señales a los músculos que involucra el proceso de respiración. De este modo, tu cuerpo no hace ningún esfuerzo por respirar durante breves períodos de tiempo. Cuando esto sucede, es posible que te despiertes con dificultad para respirar o te genere dificultad volver a conciliar el sueño.

Síndrome de Apnea del Sueño Compleja

Como su nombre indica, es un tipo de trastorno más avanzado y complejo, que se desarrolla cuando se ha efectuado tratamiento a alguna de las dos modalidades anteriores, sin lograr el éxito.  O bien, cuando alguno de estos no es tratado a tiempo o adecuadamente.

Causas que Intervienen en el Desarrollo de la Apnea del Sueño

Entre las causas, o factores de riesgo que intervienen en el desarrollo de estas enfermedades, encontramos que es una enfermedad que puede afectar más a los hombres, que a las mujeres, sin distinción de edad. No obstante, existen algunos factores de riesgo más predominantes que otros y pueden promover el desarrollo del trastorno y/o agravarlo.

Algunos de ellos son:

  • Obesidad o sobrepeso: el exceso de grasa y tejido adiposo, sobre todo alrededor de las vías respiratorias superiores, puede obstruir más fácilmente la respiración.
  • Cuello grueso: las personas con un cuello voluminoso pueden presentar tendencia a tener vías respiratorias más estrechas.
  • Género: como anticipamos, los hombres son más propensos a desarrollar este trastorno, entre dos o tres veces más que las mujeres. Sin embargo, las personas de género femenino con sobrepeso, igualan este riesgo. Así mismo, algunos estudios señalan que las mujeres que atraviesan o han superado la menopausia también pueden aumentar el riesgo de padecer apnea.
  • Edad: aunque este es un trastorno que se puede presentar a cualquier edad, es verdad que hay mayor prevalencia en adultos mayores.
  • Factores hereditarios: personas cuyos familiares más cercanos tienen esta patología, tienen mayor riesgo de presentarla también.
  • Consumo de alcohol, sedantes, tranquilizantes y otros narcóticos: el consumo de estas sustancias suele relajar en exceso los músculos de la garganta, lo que puede generar o empeorar AOS.
  • Consumo de tabaco: las personas fumadoras tienen tres veces mayor riesgo y posibilidades de presentar AOS que las no fumadoras.  Fumar aumenta las posibilidades de inflamación y retención de líquidos en vías respiratorias superiores.
  • Congestión nasal: si a causa de alergias, o problemas anatómicos hay dificultades para respirar por la nariz, el riesgo de padecer AOS es mayor.
  • Enfermedades cardíacas, degenerativas y otros: la presencia de patologías como la insuficiencia cardíaca, hipertensión arterial, diabetes tipo 2 o enfermedad de Parkinson aumentan el riesgo de la AOS. Igualmente, trastornos hormonales, síndrome de ovario poliquístico, accidentes cerebrovasculares previos o asma.

Tratamientos y Recomendaciones

En casos leves, las recomendaciones médicas para superar el trastorno de Apnea del Sueño se centran en recomendaciones asociadas al estilo de vida. Por ejemplo, dejar de fumar o bajar de peso mediante ejercicio físico periódico o alimentación. Por el contrario, cuando se trata de casos moderados o graves, se procede a intervenir con otros tratamientos disponibles. Finalmente, cuando estos no prosperan, las intervenciones quirúrgicas se hacen necesarias.  El siguiente es el listado de terapias más comunes aplicadas a estos casos:

Tratamientos Mecánicos

  • Presión continua en vías respiratorias: se lleva a cabo mediante una máquina que ejerce presión por medio de una mascarilla mientras el paciente duerme. Se denomina presión positiva porque es mayor a la presión del aire del ambiente y suficiente para despejar las vías respiratorias, evitando la apnea y ronquidos. Es uno de los métodos más usados, pero uno de los más abandonados por la incomodidad que representa el uso de la mascarilla y correas.  Sin embargo, solo se trata de aprender a ajustar la tensión de la máscara para mayor comodidad.
  • Dispositivos bucales: son aparatos que ayudan a mantener la garganta abierta y funcionan empujando el hueso maxilar hacia adelante, aliviando el ronquido y la apnea. Para ello es importante seguir las recomendaciones del dentista hasta encontrar el aparato adecuado que se ajuste a tus signos y síntomas.
  • Tratamiento de otras afecciones: considerando que algunas de las causales de la apnea del sueño son otras enfermedades, es importante tratar esas afecciones primero, para disminuir la tendencia a la AOS o que esta desaparezca.
  • Oxígeno complementario: consiste en la aplicación de oxígeno durante el sueño, lo cual puede ayudarte a no experimentar la pérdida del mismo, que es justamente lo que ocurre con la apnea.
  • Servoventilación adaptativa: es un dispositivo para las vías respiratorias aprobado recientemente.  El dispositivo aprende tu patrón de respiración normal y lo guarda en una computadora. Al entrar en fase de sueño, la máquina te ayuda normalizando tu respiración para evitar que existan pausas. Ha demostrado ser más efectiva que la presión positiva de aire, pero puede no serlo para personas con ACS o insuficiencia cardíaca avanzada.
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Tratamientos Quirúrgicos

Cuando las opciones anteriores no funcionan en el tratamiento de la Apnea del Sueño, se recomienda proceder con las intervenciones quirúrgicas para solucionar la patología.  Las opciones son las siguientes:

  • Extirpación de tejido: se trata de extirpar el tejido posterior de la boca y la parte superior de la garganta, adicionalmente, amígdalas y adenoides. La intervención evita que las estructuras del aparato respiratorio superior vibren y causen ronquidos.
  • Reducción de tejido: consiste en eliminar tejido de la parte posterior de la boca y posterior de la garganta mediante ablación por radiofrecuencia. Puede tratar la Apnea leve o moderada y tiene menos riesgos que la extirpación de tejidos.
  • Reubicación de hueso maxilar: en este procedimiento se separa el hueso maxilar de los demás huesos de la cara para moverlo hacia adelante. De este modo se agranda el espacio detrás de la lengua y el paladar blando, reduciendo así las posibilidades de obstrucción.
  • Implantes: consiste en implantar varillas blandas de poliéster o plástico en el paladar blando. Es un procedimiento poco invasivo que requiere únicamente de anestesia local.
  • Estimulación nerviosa: con esta intervención se busca instalar un estimulador para el nervio que controla el movimiento de la lengua. Con la estimulación debida, la lengua logra sostener su posición y mantener las vías respiratorias abiertas. No obstante, se precisa más investigación sobre su efectividad.
  • Creación de otra vía respiratoria (traqueostomía): es la intervención más extrema de todos los tratamientos. Por lo tanto, únicamente debe realizarse cuando la aplicación de todas las anteriores formas fue ineficiente o se trata de un caso verdaderamente grave. Consiste en realizar una abertura en el cuello e insertar un tubo de metal o de plástico a través del cual se puede respirar. Esta se debe mantener cubierta durante el día y abierta en la noche para permitir que el aire entre y salga correctamente de los pulmones mientras se duerme.

Texto de: Daniela Londoño Usma – danilondon.usm@gmail.com

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